La cosa parecía fácil, pero se complicó. No teniamos atado lo del apartamento, y las leyes de Murphy se cumplieron una por una. Primero no encontramos a la persona con la que había contactado, luego nos mandan de un sitio a otro sin encontrar nada convincente, y finalmente ya cansados, Inma se queda en un parque con todo el equipaje con saúl y Luna, mientras me lanzo a buscar un hogar para los próximos días.
Otro día contaré como cambiamos 3 veces de apartamento, hasta encontrar la casa de nuestros sueños. Acostumbrados a las estrecheces de la caravana, este 5º piso con 2 habitaciones y dos cuartos de baño, y una terraza más grande que el salón de mi casa nos parece el lugar perfecto para conocer la isla. El precio un poco más caro de lo previsto, que se le va a hacer.
Estamos junto al paseo maritimo de Gzira, en un lugar bien comunicado, rematamos el día con unas pizzas, ensaladita y helado junto al mar.
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