Era claramente el primer lugar al que queríamos ir en esta isla, y es que todo lo que pueda contar sobre el lugar se queda corto. Cruzar la isla en el jeep no ha sido dificil, aunque no sé si Inma tiene la misma impresión. El caso es que en 25 minutos y muy despacito estamos allí. LLevamos todo nuestro equipo de buceo profesional (gafas y tubo, y unas aletas que finalmente no usé).
Dicen que es el lugar más fotografiado de Malta, y no me extraña, pero la auténtica sensación es nadar allí, viendo a los buceadores, 8 metros por debajo de ti, los peces junto a las rocas, alguna medusa pequeña, que parece inofensiva, y ese paisaje natural que el viento y el mar han formado en este trozo del mundo para nosotros.
Hay unas piscinas naturales de gran profundidad, que forman un pequeño mar interior. Si buceas 4 o 5 metros, puedes cruzar el arco de piedra que te lleva al mar abierto junto a la ventana azul. Me animé a hacerlo a pelo, y compensando la presión en los oidos no es tan dificíl, pero la sensación de bajar a las profundidades, y cruzar el pequeño tunel de roca que separa el mar de la piscina es muy intensa. Luego subes poco a poco viendo como los seres con branquias aguantan bajo el agua más tiempo que tú, y disfrutan del paisaje marino que la luz del sol convierte en decorado de película.En un golpe de mar perdí la boquilla de mi tubo de buceo, luego otra ola se llevo las gafas y el resto del tubo. Por suerte Luna abrió mucho los ojos y tras varias inmersiones encontró mi máscará atrapada en unas rocas. La boquilla se la regalamos a la ventana azul...
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